El miedo nos ha enquistado en casi todas las áreas de nuestra vida.
Miedo que han aprovechado los políticos de turno.
Sin embargo antes de la famosa “guerra contra el terrorismo”, en algunos países se vivía una ansiedad inexplicable en la que millones de ciudadanos sufrían “miedos patológicos y fobias obsesivas por las pretendidas amenazas de negros, adolescentes psicópatas, asteroides que se estrellarían contra el planeta o violentos cárteles de narcotraficantes colombianos”. La famosa “guerra” solo ha multiplicado la ansiedad colectiva y nos deja totalmente absortos en la locura mediática que sólo la fomenta con fines económicos.
No cabe duda de que vivimos una cultura del miedo, pero, no nos engañemos, se trata de un miedo manipulado, que sirve a intereses concretos. Obviamente si existe un miedo real a las cosas, a lo inesperado, al estado de seguridad que todos necesitamos.
El miedo también nos hace suponer que vivimos bajo la amenaza del enemigo, un enemigo poderoso que piensa diferente, que tenemos que eliminarlo, enemigo que a veces ni existe .
La proliferación de delincuentes, apela al espantajo de la fuga de capitales, la ruina económica y la desestabilización perpetua ante la posibilidad de que fuerzas políticas más progresistas puedan acceder al Gobierno y nos venden la idea que estamos en el caos y alguien tiene que salvarnos de ese miedo o mejor dicho, liberarnos.
El miedo siempre es antesala de autoritarismo e incluso de totalitarismo. En otro libro se nos hace referencia a la cultura del miedo, en concreto en “Como nos venden la moto” de Noam Chomsky e Ignacio Ramonet.
La Cultura del miedo, no hace referencia a nada más que a un fenómeno relacionado con los medios de comunicación masiva, con importantes implicaciones dañinas en potencia.
1 comentario:
Muy bien. Me gusta mucho esta entrada. Subrayo los autores que se mencionan y la reflexión.
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