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Metáfora del Anillo; aprende a valorarte

viernes, 18 de abril de 2008

Después Micropolítica educativa, redes sociales, ciberactivismo...

Nunca la tecnología ha sido tan instrumental, tan poco protagonista por sí misma, como en los nuevos conflictos. Ya en los años noventa escribían Arquilla y Ronsfeld en Swarming and the Future of Conflict:

La revolución informacional está cambiando la forma en que la gente lucha a lo largo de todo el espectro del conflicto. Lo está haciendo fundamentalmente mediante la mejora de la potencia y capacidad de acción de pequeñas unidades, y favoreciendo la emergencia de formas reticulares de organización, doctrina y estrategia que hacen la vida cada vez más difícil a las grandes y jerárquicas formas tradicionales de organización. La tecnología importa, sí, pero supeditada a la forma organizativa que se adopta o desarrolla. Hoy la forma emergente de organización es la red.

En este mundo reticular, con una multiplicidad de agentes que actúan autónomamente, coordinándose espontáneamente en la red, el conflicto es «multicanal», se da simultáneamente en muchos frentes, y del aparente caos emerge un «orden espontáneo» (el swarming) que resulta letal para los viejos elefantes organizativos. Esta coordinación no requiere en la mayoría de los casos ni siquiera una dirección consciente o una dirección centralizada. Al contrario, como señalaba el propio profesor Arquilla, en la identidad de red, «la doctrina común es tan importante como la tecnología».

La misma guerra en la sociedad red, la netwar, es una guerra de corso en la que pequeñas unidades «ya saben lo que tienen que hacer» y saben que «tienen que comunicarse entre sí no para preparar la acción, sino sólo a consecuencia de ella y, sobre todo, a través de ella». En este tipo de enfrentamiento la definición de los sujetos en conflicto, lo implícito, es más importante que lo explícito (los planes o estrategias basados en líneas causales acción-reacción).

El swarming es la forma del conflicto en la sociedad red, la forma en que el poder es controlado en el nuevo mundo y, al tiempo, la forma en que el nuevo mundo logra su traducción de lo virtual a lo material.

¿Cómo organizar, pues, acciones en un mundo de redes distribuidas? ¿Cómo se llega a un swarming civil? En primer lugar, renunciando a organizar. Los movimientos surgen por autoagregación espontánea, así que planificar qué va a hacer quién y cuándo no tiene ningún sentido, porque no sabremos el qué hasta que el quién haya actuado.

El ciberactivismo hoy se basa en el desarrollo de tres vías unidas por un mantra mil veces escuchado en los movimientos de estos años: empowering people.

1. Discurso

El ciberactivismo con éxito tiene mucho de profecía autocumplida. Cuando se alcanza un cierto umbral de gente que no sólo quiere sino que cree poder cambiar las cosas, el cambio se hace insoslayable. Por eso los nuevos discursos parten del empowering people, de relatos de individuos o pequeños grupos con causa que transforman la realidad con voluntad, imaginación e ingenio. Es decir, los nuevos discursos definen el activismo como una forma de «hacking social».

Son los nuevos mitos y, además, en un sentido absolutamente posmoderno: no imponen una jerarquía de valores estricta, un juego de valores y un credo, al estilo de los socialistas utópicos o los randianos, sino que proponen «rangos», cauces de una cierta manera de mirar el mundo, de un cierto estilo de vida que será el verdadero aglutinante de la red. Por eso, toda esta lírica discursiva lleva implícito un fuerte componente identitario que facilita a su vez la comunicación entre pares desconocidos sin que sea necesaria la mediación de un «centro», es decir asegura el carácter distribuido de la red y, por tanto, su robustez de conjunto.

2. Herramientas

Es más importante el desarrollo de herramientas que hagan claramente visible la posibilidad del hacking social a los individuos que cualquier convocatoria que podamos organizar. El ciberactivismo, como hijo de la cultura hacker, se reitera en el mito del hágalo usted mismo, de la potencia del individuo para generar consensos y transmitir ideas en una red distribuida.

La idea es: desarrolla herramientas y ponlas a disposición pública. Ya habrá quien sepa qué hacer con ellas. Las herramientas no son neutrales. Desde archivos descargables para hacer plantillas, volantes y camisetas hasta software libre para hacer y federar blogs, pasando por manuales de resistencia civil no violenta con mil y un pequeños gestos cotidianos que propagar; todo esto lo hemos visto en Serbia primero y en Ucrania y Kirguistán después. Y funciona.

3. Visibilidad

Las herramientas tienen que estar pensadas para que la gente, mediante pequeños gestos, pueda reconocerse en otros como ellos. La visibilidad del disenso, la ruptura de la pasividad es la culminación de la estrategia de empowering people.

La visibilidad es algo por lo que hay que luchar permanentemente. Primero online (valga una vez más el ejemplo de los agregadores) y luego offline. La visibilidad, y por tanto la autoconfianza del número, es la clave para alcanzar tipping points, momentos en los que se alcanza el umbral de rebeldía y la información y las ideas se propagan por medio de un número de personas que crece exponencialmente. De ahí la importancia simbólica y real de las ciberturbas, manifestaciones espontáneas convocadas mediante el «pásalo», blog a blog, boca a boca y SMS a SMS.

Un ciberactivista es alguien que utiliza Internet, y sobre todo la blogsfera, para difundir un discurso y poner a disposición pública herramientas que devuelvan a las personas el poder y la visibilidad que hoy monopolizan las instituciones. Un ciberactivista es una enzima del proceso por el que la sociedad pasa de organizarse en redes jerárquicas descentralizadas a ordenarse en redes distribuidas básicamente igualitarias. La potencia de las redes distribuidas sólo pueden aprovecharla plenamente quienes creen en un mundo de poder distribuido y, en un mundo así, el conflicto informativo adopta la forma de un swarming en el que los nodos van sincronizando mensajes hasta acabar propiciando un cambio en la agenda pública. Y en el límite, la movilización espontánea y masiva en las calles: la ciberturba.

miércoles, 16 de abril de 2008

Durante Antes del ciberactivismo, Redes sociales y Micropolítica educativa

Hoy en clase ha tocado trabajar sobre las redes y su poder, las influencias que éstas están teniendo en la educación, etc.…
Mi grupo y yo hemos tenido que salir hoy antes de clase, pero no por eso vamos a dejar de trabajar esta entrada.

Hemos preguntado a los compañeros que sea trabajado en clase en los últimos minutos. Y por ello quiero hablar un poco de cada uno de los temas tratados.

-Impulsado por cambio tecnológico, la forma de la red en la que se transmite la información, está transformándose. ¿Esta cambiando la forma en que nos relacionamos en las organizaciones educativas?


Si, consideramos que están cambiando las formas de relación entre las organizaciones pero no sólo educativas, si no todas en general. Podemos ver como por ejemplo los cursos de formación se realizan a través de una plataforma on-line, con las ventajas de la no ser presenciales, autonomía personal, dedicación del tiempo necesario pero a elección del propio usuario, permite contactar con personas que no se encuentran presentes en el mismo instante, etc.
Otro ejemplo sería la universidad, poco a poco estamos adentrándonos en el mundo de la wiki, el blog, las plataformas, las páginas web... un sin fin de posibilidades diferentes que cambian, bajo nuestro punto de vista, de forma positiva las relaciones, siempre y cuando el uso que se haga de ellas sea el adecuado.

-Si la estructura de la información -y por tanto del poder- adoptaba hasta ahora una forma “descentralizada” -con poderes “jerárquicos” e instituciones y personas con “poder de filtro”, las tecnologías como Internet la impulsan a asumir cada vez más una forma “distribuida” en la que cualquiera puede, potencialmente, encontrar, reconocer y comunicar con cualquiera. ¿Se van a poder establecer relaciones con otros centros, profesores, proyectos de innovación, etc.?... ¿Quien sabe que es el liderazgo distributivo?

Sí, internet ofrece la posibilidad de interrelacionarse con más personas y de diversos lugares, ello también da cabida a que trabajen más personas y no sólo los lideres, en temas como proyectos comunes, intercambios de información entre profesores... incluso claustros... ¿Quién sabe?...

El liderazgo distributivo, consiste en que el poder y la autoridad en este complejo proceso debe distribuirse adecuadamente entre todos los actores involucrados en la gestión. En este sentido requiere un liderazgo participativo ya que debe facilitar la participación de todos en los procesos de toma de decisiones y la realización de acciones. Un equipo de trabajo que tenga un liderazgo distributivo es aquel en el cual cada miembro con el objeto de fortalecer la confianza en sí mismo, la interdependencia y la toma de decisiones de éstos. Esta perspectiva facultadora minimiza la presencia del líder único y faculta la función de liderazgo lo que colectivamente multiplica el logro de resultados, la eficacia y la coordinación.


-Este mundo distribuido está dando a luz un medio de comunicación a su imagen y semejanza: la blogsfera, el conjunto de herramientas online de publicación y comunicación personal. ¿Tienen la comunidad educativa blogsfera?

Si que la tiene, además con mucho que decir, un amplio abanico de posibilidades a disposición de toda la comunidad educativa para hacer uso de la información, innovar, mantener relaciones con agentes externos, acercarse a otras realidades, ser partícipes de actividades en grupo, formar parte de organizaciones de tipo on-line, enriquecerse con las aportaciones del otro, poner en común, intercambiar... El proceso de digitalización parece ser una fuerza mayor con la que otros/as no contaron pero que ahora es una realidad.

-En conjunto, este medio de comunicación puede, en partes cada vez mayores del globo y no precisamente de forma más espectacular en los países más desarrollados, cambiar la agenda pública, elevar el tema de debate social cuestiones que los medios tradicionales no abordan o filtran. Un blog no es un medio, pero el conjunto de blogs sí lo es. ¿Significa esto que pueden cambiar los procesos de enseñanza-aprendizaje en las organizaciones educativas, gracias a la tecnología?


Sí, de hecho, los procesos de enseñanza-aprendizaje poco a poco están cambiando. Las nuevas tecnologías ayudan (que no reemplazan) al profesorado y hacen que se lleve a cabo de manera más cómoda (para algunos) aprendizajes más significativos para el alumnado de las nuevas generaciones los cuales se ven atraído por las NNTT cada vez desde más temprana edad.


-El ciberactivismo es una estrategia para formar coaliciones temporales de personas que, utilizando herramientas de esa red, generan masa critica suficiente de información y debate para que este debate transcienda a la blogsfera y salga a la calle o se modifique de forma perceptible el comportamiento de un número amplio de personas. ¿Esta idea que socialmente nos ha pasado como fueron, por ejemplo las manifestaciones por la Guerra de Irak, son extrapolables a las organizaciones educativas?


Si, por supuesto que si, por eso consideramos que el uso que se haga de estas herramientas ha de ser inteligente, son muchos/as los que participamos de esta gran red social que a su vez engloba infinitas redes, con lo cual pueden tener lugar situaciones no previstas o que se escapan de las manos... de ahí la importancia de la alfabetización en el lenguaje tecnológico pero también un buen baño de ética y moral tecnológica. Somos nosotros/as mismos/as los/as que podemos hacer que eso ocurra y también somos nosotros/as los/as que podemos evitarlo.


-En un mundo así, todos -empresas, activistas sociales y, en general, cualquiera que quiera difundir una idea lo más ampliamente posible- están abocados al ciberactivismo, es decir, a comunicar pensando en la forma con que otros retransmitirán su idea a otros que, a su vez, harán lo mismo con otros en una cadena lo más amplia posible. Todo esto está en el libro de David Ugarte.

Antes del ciberactivismo, Redes sociales y Micropolítica educativa


¿Cómo están organizadas las escuelas? Stephen Ball sostiene que son lugares donde la influencia interpersonal, el compromiso y las negociaciones entre bastidores llegan a ser tan importantes como los procedimientos formales y las reuniones oficiales. Las escuelas son, de hecho, campos de disputa ideológica más que burocracias abstractas y formales. La Micropolítica describe el <> de la organización e implica la lucha para imponer la definición de la escuela (y por ende de la educación misma). El liderazgo, por consiguiente, se convierte en una cuestión de habilidad política: los directores son actores estratégicos que adoptan estilos o aspectos particulares de sí mismos a fin de dominar la organización; el poder surge de la lucha; las conversaciones y su control son de fundamental importancia.
La teoría Micropolítica de Stephen Ball acerca de la organización escolar es un abandono radical de las teorías tradicionales. Rechaza el enfoque preceptivo y aborda directamente los intereses y preocupaciones de los profesores y los problemas corrientes de cambio con que se enfrentan las escuelas. Al hacerlo, plantea cuestiones sobre la educación y propiedad de las formas existentes de control organizativo en las escuelas. Mediante estudios de casos y entrevistas con profesores, este libro capta el clima de los conflictos reales en las escuelas -particularmente en tiempos de nóminas de estudiantes en descenso, cambios de dirección o fusiones-, cuando la autonomía de los profesores parece estar en peligro.


¿Hablamos de ciberactivismo?

Centralizar voluntades es la única forma de existir públicamente y por tanto llegar a los demás en un mundo de comunicación en redes descentralizadas. Sólo constituyéndose como un poder colectivo una idea puede ser capaz de imponerse al poder de filtro de los medios. En el mundo del viejo activismo la organización es previa a la difusión.

Pero si en el viejo activismo la organización es la tarea primordial del activista y antecede incluso a la difusión de las ideas, la nota definitoria del ciberactivismo es la no necesidad de construir red para transmitir. La red de difusión viene dada y tiende a equipararse a la propia gran red social, porque no es otra que Internet y sus universos, de los grupos de noticias a la blogsfera.

Debemos saber que en el ciberactivismo, por un lado, la obsesión y la necesidad organizativa desaparecen, la red social está preestablecida y la comunicación con ella viene dada. Por otro construir, tiene en el ciberactivismo una dimensión de reciclaje colectivo. De algo que comienza uno mismo, individualmente y sobre una innovación que es creativa ante todo por abrir, por liberar y empoderar a otros. Si la propuesta/acción es entendida y compartida, la difusión abierta en redes distribuidas hará el resto. Uno se hará multitud.

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